Que ver en Viena
Cuando se trata de planificar un viaje a una de las capitales europeas más elegantes y cargadas de historia, muchos viajeros se preguntan qué ver en Viena. Esta ciudad, majestuosamente asentada a orillas del Danubio, combina de forma perfecta su legado imperial con una vibrante escena cultural moderna. Pasear por sus calles es descubrir palacios señoriales, museos de renombre, jardines históricos y rincones donde la música clásica aún resuena con fuerza.
El esplendor imperial del Palacio de Schönbrunn
Un paseo por la residencia de verano de los Habsburgo
Visitar Schönbrunn es sumergirse en la historia del imperio austrohúngaro. Esta antigua residencia de verano de la familia Habsburgo es uno de los lugares más emblemáticos de Viena. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, el palacio cuenta con más de 1.400 habitaciones. Aunque solo una parte está abierta al público, ofrece una perspectiva fascinante de la vida imperial.
La Gran Galería, con sus frescos dorados y su fastuosa decoración rococó, brilla como una joya del Barroco vienés. No dejes de recorrer sus jardines perfectamente diseñados, el laberinto vegetal, la Glorieta con vistas a la ciudad, y el zoológico más antiguo del mundo, el Tiergarten Schönbrunn.
La Catedral de San Esteban, el corazón espiritual de Viena
Un icono arquitectónico del centro histórico
Justo en el centro de la ciudad se alza la Catedral de San Esteban (Stephansdom), una de las visitas imprescindibles en cualquier lista sobre qué ver en Viena. Esta joya del gótico ha sido testigo de importantes eventos históricos y religiosos desde el siglo XII.
Su torre sur, que alcanza los 136 metros de altura, ofrece una vista panorámica espectacular del centro de Viena, accesible tras un ascenso de más de 300 escalones. También merece la pena explorar sus criptas subterráneas, donde descansan personajes históricos como miembros de la dinastía Habsburgo.
El Palacio Belvedere y su colección de arte
Donde se encuentra «El Beso» de Gustav Klimt
El complejo del Belvedere, formado por el Belvedere Superior y el Belvedere Inferior, representa otra de las joyas arquitectónicas de estilo barroco que hay en Viena. Rodeado por amplios jardines simétricos y fuentes decorativas, este palacio alberga una de las más importantes colecciones de arte austriaco. Su obra más famosa es «El Beso» de Gustav Klimt, una pintura que por sí sola justifica la visita.
Además de Klimt, podrás disfrutar de obras de Egon Schiele, Oskar Kokoschka y otros artistas que marcaron el arte austríaco y europeo.
La Ópera Estatal de Viena, un templo de la música
Asistir a una función en uno de los teatros más prestigiosos del mundo
Pocos lugares reflejan tanto la identidad musical de la capital austriaca como la Staatsoper. Inaugurada en 1869, ha sido escenario de las más prestigiosas funciones de ópera y ballet a nivel mundial. Su elegante arquitectura renacentista y la acústica perfecta hacen de cada espectáculo una experiencia inolvidable.
Si el presupuesto o el tiempo no permiten asistir a una función, se puede realizar una visita guiada por el edificio para conocer su historia y recorrer salas que normalmente están cerradas al público.
El barrio de los Museos y el arte contemporáneo
Una escapada cultural moderna
Para quienes se pregunten qué visitar en Viena desde una perspectiva más contemporánea, el MuseumsQuartier es el lugar perfecto. Esta amplia área cultural acoge varias instituciones artísticas como el Leopold Museum, con obras de Schiele y Klimt; el MUMOK, enfocado en arte moderno y contemporáneo; y el Kunsthalle Wien, dedicado a exposiciones temporales innovadoras.
Además, las plazas del distrito funcionan como puntos de encuentro con cafeterías modernas, terrazas y un ambiente vibrante, especialmente en los meses de verano.
La calle Ringstrasse y sus monumentos
Una ruta escénica que recorre los edificios más icónicos de Viena
Para disfrutar de un recorrido arquitectónico sin igual, la Ringstrasse es fundamental. Esta avenida circular marca el centro histórico y agrupa construcciones tan importantes como el Parlamento, el Rathaus (ayuntamiento), la Universidad de Viena, el Teatro Nacional (Burgtheater) y el Hofburg.
Caminar o montar en tranvía por la Ringstrasse permite descubrir en poco tiempo diversos estilos arquitectónicos, desde el neogótico hasta el neorrenacentista. La vista nocturna con los edificios iluminados también ofrece una postal inolvidable.
El Palacio Hofburg: poder y tradición dinástica
Antigua residencia de invierno imperial
Ubicado en pleno centro, el Hofburg es hoy la sede oficial del presidente austríaco y concentra distintos museos, iglesias y la Biblioteca Nacional. Este extenso complejo fue durante siglos el centro del poder de los Habsburgo y hoy da testimonio de esa grandeza.
Entre sus espacios más destacados se encuentran los Apartamentos Imperiales, el Museo de Sisi, y el Tesoro Imperial, donde se conservan coronas y reliquias de gran valor histórico. Si te interesa seguir descubriendo qué ver en Viena con una mirada profunda a su historia dinástica, este lugar es esencial.
Naschmarkt: sabores austriacos e internacionales
Una experiencia gastronómica y sensorial
Más allá de los monumentos, Viena seduce también por su cocina. El Naschmarkt, el mercado más famoso de la ciudad, es una parada ideal para los amantes de la gastronomía. Con más de 120 puestos, encontrarás una mezcla de productos frescos, platos tradicionales vieneses, y opciones de cocina internacional.
Los fines de semana, además, se instala un mercadillo de antigüedades colindante que resulta perfecto para adquirir recuerdos únicos.
Prater y la Noria Gigante
Un clásico del entretenimiento vienés
Ninguna guía sobre sitios destacados de Viena está completa sin mencionar el Prater, un extenso parque de esparcimiento que acoge un parque de atracciones vintage, cuyo emblema es la Noria Gigante (Riesenrad). Subirse a este ícono, construido en 1897, ofrece una vista panorámica diferente y encantadora de la ciudad.
El Prater también es ideal para caminar, montar en bicicleta o simplemente relajarse en uno de sus numerosos prados.
Preguntas y respuestas frecuentes
¿Cuál es el mejor momento para visitar Viena?
La primavera (abril a junio) y el otoño (septiembre-octubre) son ideales por el clima agradable y la menor afluencia turística. En diciembre, la ciudad se llena de mercados navideños que son también grandes atractivos.
¿Cuántos días se necesitan para visitar lo más importante?
Un mínimo de tres días permite conocer los lugares imprescindibles que ver en Viena, aunque lo ideal son cinco días para disfrutar también de sus barrios, museos y parques con tranquilidad.
¿Es posible visitar todos estos lugares a pie?
El centro histórico es fácilmente caminable. No obstante, para lugares como Schönbrunn o el Prater es conveniente utilizar el eficiente sistema de transporte público.
¿Hay opciones para quienes viajan con un presupuesto limitado?
Sí, Viena tiene muchas actividades gratuitas, como pasear por sus palacios, jardines, parques y asistir a conciertos al aire libre. Además, existen tarjetas turísticas que ofrecen acceso a múltiples atracciones a precio reducido.
¿Qué otros lugares menos conocidos se pueden recomendar?
La Casa de Hundertwasser, con su arquitectura colorida y orgánica, o el Cementerio Central, donde están enterrados músicos ilustres como Beethoven y Schubert, son excelentes opciones más allá de lo tradicional.
Viena es una ciudad que sabe equilibrar su pasado imperial con un dinámico presente cultural. Cualquiera que quiera descubrir qué ver en Viena se sorprenderá por la cantidad y calidad de sus tesoros históricos, arquitectónicos, artísticos y gastronómicos. Un destino que, sin duda, deja huella en todo aquel que lo visita.
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